AHORRAR AGUA EN EL BAÑO
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Mientras esperas a que se caliente el agua de la ducha, aprovecha para llenar cualquier recipiente (existen bolsas específicas para tal propósito). Luego podrás reutilizar el agua almacenada para fregar o regar las plantas.
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Cierra el grifo mientras te enjabonas las manos o te lavas los dientes.
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Llena moderadamente el lavabo al afeitarte en lugar de dejar correr el agua.
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Coloca una papelera en el cuarto de baño para evitar usar el inodoro como basura.
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Dúchate en lugar de bañarte y cierra el grifo mientras te enjabonas. Una ducha supone la mitad de gasto de agua que un baño.
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Utiliza cisternas ecológicas o de doble descarga para descargar únicamente la cantidad de agua necesaria. Si no, coloca dos botellas llenas de agua dentro de la propia cisterna.
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Utiliza la lavadora con la carga completa y el programa adecuado. Recuerda que las lavadoras a media carga gastan más o menos la misma cantidad de agua que a carga completa.
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Instala economizadores o aireadores en los grifos y en la alcachofa de la ducha. Reducen el caudal y la diferencia es inapreciable.
AHORRAR AGUA EN LA COCINA
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Descongela los alimentos en el frigorífico. No lo hagas bajo el agua. Ahorrarás en gasto y ganarás en sabor y seguridad alimentaria.
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Compra electrodomésticos ecológicos. Además de agua, ahorrarás energía.
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Utiliza el lavavajillas siempre que puedas y a carga completa. Y cuando friegues los platos a manos, nunca lo hagas dejando correr el agua; primero enjabona en un barreño y más tarde aclara.
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Coloca una jarra en el frigorífico en vez de dejar correr el agua para que se enfríe. Siempre tendrás agua fresca sin gasto adicional.
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Reutiliza el agua sobrante de las jarras o la que usas para hervir huevos o lavar verduras. Con ella (siempre y cuando no tenga sal) puedes regar tus plantas. Además, les aportarás nutrientes y crecerán más sanas.
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Cierra levemente la llave de paso de la vivienda. No apreciarás la diferencia y ahorrarás una gran cantidad de agua diariamente.
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Repara los grifos cuanto antes si detectas pérdidas o fugas.
AHORRAR AGUA EN EL JARDÍN
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Diseña un sistema de riego acorde a las necesidades de tu jardín. Por ejemplo, usando sistemas automáticos de riego por goteo para árboles y arbustos.
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Cuando riegues por aspersión, diseña correctamente la posición de los aspersores, su caudal y la zona que cubren.
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No riegues en las horas centrales del día: las temperaturas son más altas y la evaporación, por tanto, es mayor. Además, tus plantas sufrirán mucho.
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Diseña el jardín con la menor superficie de césped posible, pues su consumo de agua es muy elevado. Una buena alternativa puede ser la instalación de césped artificial.
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En caso de disponer de césped, intenta que la altura de corte sea de unos 5 centímetros para mantener así un grado de humedad adecuado en la zona de la raíz.
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Suministra el riego próximo a las raíces de las plantas.
AHORRAR AGUA EN LA PISCINA
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No vacíes la piscina durante los periodos de inactividad. Tápala y realiza un mantenimiento preventivo de forma periódica. El agua del vaso puede mantenerse durante más de 5 años.
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Instala un sistema de depuración de circuito cerrado.
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Coloca una cubierta solar durante el verano para evitar la evaporación. Esto supone un ahorro en agua y en desinfectante.
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Revisa con frecuencia la instalación: te permitirá detectar las fugas y repararlas con mayor rapidez.
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Si tienes ducha junto a tu piscina, es conveniente que esté dotada de pulsador automático o de infrarrojos.