La ablación o mutilación genital femenina es una práctica tradicional de la que se cree que potencia la belleza, el honor, las posibilidades de matrimonio, el estatus social y la castidad de una chica. Sin embargo, causa grandes dolores y puede llevar a hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e incluso la muerte. Acabar con esta práctica es crucial para garantizar el derecho a la salud, la supervivencia y la igualdad de millones de niñas.
Aunque produce un gran sufrimiento, y a veces la muerte, las familias la permiten esta práctica porque creen que así protegen el honor de la familia y los intereses de sus hijas. En las comunidades en las que se practica, las familias que se oponen a este ritual ven como sus hijas son discriminadas y repudiadas por su comunidad, lo que impide sus posibilidades de desarrollo.
Estas familias no pueden permanecer solas: con apoyo, educación y trabajo comunitario es posible poner fin a esta práctica en una sola generación. El cambio ocurrirá cuando las comunidades dispongan de los conocimientos que les permitan tomar decisiones que pongan fin a esta práctica de forma duradera.
UNICEF trabaja a la vez en dos frentes: a nivel institucional para influenciar en que las políticas, la legislación y los presupuestos promuevan el abandono de la ablación/mutilación genital femenina y a nivel comunitario, apoyando a sus aliados locales en su trabajo para ayudar a las comunidades a acabar con esta práctica dañina.
Además, acabar con la mutilación genital femenina y otras prácticas nocivas contra las niñas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado, forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.