Cruz Roja recomienda por ejemplo beber al menos un litro y medio de agua al día, incluso aunque no tengamos sed o no sintamos especialmente el calor. Para ello es aconsejable llevar siempre a mano una botella de agua pequeña, y beber de ella a pequeños sorbos, tomando un vaso de agua cada dos horas. También se recomienda evitar bebidas con cafeína, alcohol o bebidas con azúcares añadidos.
Las personas vulnerables deben prestar atención a los cambios bruscos de temperatura que se producen al entrar y salir de los vehículos, o de las viviendas y tomar las precauciones necesarias. En el hogar, se aconseja permanecer en las estancias más frescas, bajar persianas y si se dispone de aparatos de aire acondicionado, mantener una temperatura constante.
En cuanto a comidas, se sugiere especialmente tomar alimentos ligeros que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (que contengan ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos) y evitar la automedicación. En la playa, la piscina o en el campo, nunca hay que olvidar la protección solar adecuada, aplicándola 30 minutos antes de salir de casa y de forma generosa; y protegerse la cabeza con un gorro o sombrero, así como los ojos con gafas de sol.
Cabe recordar que las altas temperaturas pueden producir efectos negativos sobre nuestra salud como debilidad, fatiga, dolor de cabeza, falta de apetito, insomnio o calambres.